Entrevista a Felipe Ramírez
En el contexto de las movilizaciones estudiantiles del año pasado revitalizadas este año con dos marchas multitudinarias realizadas los días 25 de abril y 16 de mayo (que contaron sólo en Santiago con 80.000 y 100.000 participantes, respectivamente), la entrada del Frente de Estudiantes Libertarios, FEL, a la mesa directiva de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECH, nos parece un hecho relevante. En este sentido, hemos decidido entrevistar a Felipe Ramírez, militante del FEL, que junto a colectivos diversos unidos en la lista LUCHAR lograron sumar los votos necesarios para participar en la composición de la mesa presidida por Gabriel Boric (Izquierda Autónoma) y Camila Vallejo (JJCC).
Sin Fama Ni Gloria: Quisiéramos comenzar preguntándote qué es el Frente de Estudiantes libertarios -FEL. Nos gustaría que nos explicaras, en el contexto de esa pregunta amplia, dos cuestiones puntuales: en primer lugar, queremos saber si existe la intención de que el FEL pueda constituirse en una organización político social más abarcadora, no sólo circunscrita al ámbito estudiantil. Y, en segundo lugar, cuál es la constitución político-ideológica del FEL. Esto a propósito de que a partir de tu entrada en la FECH, algunos medios de prensa leyeron este triunfo del FEL como un retorno del anarquismo a la FECH. Sin embargo, tanto en tus declaraciones en los medios como en la página oficial del FEL, ustedes afirman que este es un frente que contiene en sí diversas corrientes de izquierda con intención revolucionaria, tales como el anarquismo propiamente tal, pero también el anarco comunismo, el marxismo libertario, entre otras.
Felipe Ramírez: El Frente de Estudiantes Libertarios es una organización de estudiantes que se estructura a nivel nacional. En este momento tenemos presencia de Arica a Puerto Montt, en las ciudades de Iquique, Antofagasta, Copiapó, Valparaíso, Santiago, Chillán, Temuco, Concepción, Osorno y Puerto Montt, además tenemos presencia en federaciones de Copiapó, Santiago, Valparaíso y Concepción, donde tenemos la Secretaría General de la Universidad de Concepción. Vamos a participar en otras elecciones para así ampliar la cantidad de compañeros que participan en espacios federativos.
El FEL se estructura como un frente político social estudiantil, de tendencia libertaria, asumiendo este carácter libertario como un conjunto de prácticas y de formas organizativas, y un conjunto de valores tales como la democracia directa, la representatividad y la acción directa; pero no como una organización anarquista propiamente tal, en un sentido más ideológico. Esa diferenciación se hace porque se entiende que el FEL, al ser una organización estudiantil y no un frente político social, a lo que apuesta es a agrupar a un sector del estudiantado que no necesariamente tenga formación política previa ni tampoco adscriba a una corriente ideológica particular. Las condiciones previas para el ingreso de una persona a la organización es estar de acuerdo con nuestras posiciones y con el conjunto de valores y prácticas que son las que conformarían el ideario del FEL a nivel más ideológico. Más tarde se realiza una formación política ideológica anarquista, pero siempre en el interior de la organización, entendiendo que el FEL es una estructura que apuesta a la formación activa militante de sus miembros y a ser una escuela de lucha para sus militantes. Es por eso que no se exigen conocimientos previos para participar. Y es también por eso que se entiende como una organización más amplia que rebasa los límites del anarquismo. Hay compañeros que se pueden sentir cercanos a corrientes más particulares dentro del mundo libertario como hay otros que no. Hay compañeros que se definen como anarquistas o como comunistas libertarios, que probablemente son la gran mayoría, y otros que no. Eso no es un requisito para la militancia en la organización.
SFNG: ¿Cuál sería entonces el punto común congregante?
FR: La plataforma política a nivel de demanda, a nivel de propuestas hacia el movimiento estudiantil y el movimiento social en su conjunto y la forma orgánica. Entendemos que un marxista leninista no va a militar en el FEL porque el FEL en su funcionamiento interno está basado en una democracia directa, en el federalismo en su estructura nacional. No tenemos Comité Central, por ejemplo, y eso marca una distinción que la gente asume al momento de ingresar al FEL. Por lo general, los compañeros que ingresan a la organización y no cuentan con una formación acabada sí cuentan con algún interés por lo libertario que generalmente los hace decidir acercarse al FEL y no a la JOTA o a los autónomos o a los trotskistas, por mencionar algunos.
En cuanto a las posibilidades de la estructura hacia otros espacios, el FEL cuenta con contactos y existe trabajo con compañeros que se autodefinen como libertarios o como comunistas libertarios en otro sector. Tenemos contactos con compañeros que trabajan en organizaciones de pobladores, no solo aquí en Santiago, también en Valparaíso y Concepción, que son las zonas que están más desarrolladas a nivel sindical. Nosotros hemos hecho un trabajo en ese sentido acá en Santiago, tenemos compañeros que son delegados en algunos de sus sindicatos, en el sector portuario en Iquique, en Valparaíso, en Concepción, en Arica. En otras zonas, que son secciones más pequeñas, se está comenzando recién el trabajo en ese sentido. Pero existe una apuesta de trabajo en conjunto con otros sectores y claramente con los compañeros que tengan una posición ideológica política más cercana a la nuestra.
Al interior del FEL militan compañeros que participan en organizaciones políticas anarquistas que apuestan por un programa hacia los distintos sectores: estudiantil, sindical, pobladores, entre otros.
SFNG: ¿Y qué pasa con el militante del FEL que deja de ser estudiante?
FR: Tiene la posibilidad de unirse a la organización política o mantener un nexo con los compañeros a partir de su militancia social en un sindicato, en una organización gremial, en una organización de pobladores, etc. Si un compañero milita en una organización política, a mi modo de ver, es mejor. Si el compañero decide mantener una militancia social, sabe que cuenta con el FEL como respaldo en las tareas que tenga que desarrollar. Porque nosotros entendemos que el FEL, como proyecto, está inmerso en un proyecto mayor que es de clase, en el que nosotros como libertarios participamos de una tendencia particular con ciertas propuestas y en la que confluyen no solamente estudiantes sino compañeros que están en otros espacios y que van trabajando en la misma línea.
De hecho, el año pasado el FEL comenzó a desarrollar la experiencia del Congreso Social, primero en Concepción, después en Santiago, en Chillán, en Valdivia; que apuesta a esa unidad con otros sectores, a tener un espacio de debate multisectorial que permita profundizar la crítica al modelo educativo, elaborar las bases y las pautas de un modelo educativo distinto a partir de las inquietudes y necesidades del conjunto del pueblo, etc.
SFNG: Tú te refieres al Congreso Social por un Proyecto Educativo. ¿Cuándo nace este congreso?
FR: La idea del Congreso nace de los compañeros de Concepción. No recuerdo bien la fecha, pero creo que fue alrededor de agosto del año pasado. Contó con un trabajo bastante desarrollado con la gente de la unión portuaria. También tienen compañeros y algunas cercanías con algunos sectores de pobladores. Ellos comenzaron a madurar esta idea de una instancia de discusión más programática, más política, que permita dotar de un horizonte a las reivindicaciones del movimiento estudiantil, pensando en que era posible que las movilizaciones del 2011 no terminaran con un triunfo rotundo. Frente a esta perspectiva, algunos compañeros pensaron que, dados los niveles de apoyo y de movilización, era una oportunidad invaluable para que el movimiento popular comenzara a generar una organización propia, a partir de sus propias discusiones, y comenzar ahí a pensar el modelo educativo que querían, en la idea de generar espacios concretos de unidad reivindicativa en los distintos sectores del pueblo.
La demanda estudiantil es una demanda que no es netamente económica, incorpora un cariz político que pasa a cuestionar elementos que son centrales del modelo. Por eso pensamos que es indispensable la unidad con otros sectores y no solamente en apoyo a sus reivindicaciones si no a partir del tema del endeudamiento, del lucro, que implica cuestionar una lógica que es transversal, que abarca las condiciones laborales, que abarca finalmente el tema de la propiedad, y ahí es necesaria la unidad y una discusión más en conjunto. La idea del Congreso va en esa línea de crear una primera experiencia que ojalá esperamos que comience a agarrar vuelo, no solamente a partir del proyecto educativo sino que a partir de estas discusiones transversales, esperamos que genere una unidad más a largo plazo con otras temáticas.
SFNG: ¿El Congreso es una instancia exclusivamente del FEL o hay actores de otras agrupaciones invitadas?
FR: Fue una instancia en la que desde nuestro espacio se le dio un impulso inicial fuerte, pero no es “nuestro” y la convocatoria es abierta, no solo una convocatoria a organizaciones políticas, si no sociales por sobre todo. Participan sindicatos y organizaciones de pobladores, pero también una serie de organizaciones sociales más pequeñas como colectivos de barrio y culturales e individualidades también.
SFNG: Pensando en las proyecciones del movimiento estudiantil, vemos por una parte la necesidad de abrir una relación con otros sectores sociales, tal como tú has mencionado, pero también vemos desafíos al interior de las dirigencias estudiantiles. En este sentido, revisamos algunos documentos que ustedes han publicado en la página oficial del FEL, específicamente uno del 5 de enero y otro del 31 de marzo, donde se evalúa el movimiento estudiantil del año pasado. De manera explícita en el segundo de ellos ustedes hablan de Nueva Acción Universitaria (NAU), de las Juventudes Comunistas y de la Izquierda Autónoma y hacen una evaluación respecto a lo que han sido sus dirigencias y aluden al peligro de debilitar el movimiento cuando éste corre el riesgo de transformarse en una mera plataforma de ciertas figuras o rostros mediáticos. En el documento del 5 de enero hacen una crítica a cierto consignismo vacío y a ciertos grupos de izquierda que sufren de dogmatismo y separatismo. Nos gustaría saber cómo se piensa a sí mismo el FEL en relación a estos otros grupos, donde si bien todos se consideran dentro de la izquierda, existen tensiones y proyectos políticos divergentes. ¿Nos podrías contar cómo ven este escenario?
FR: Ese es un temazo. La izquierda es un menjurje bastante complicado. Hay un afán histórico de diferenciarse, quizás demasiado. Aunque a veces ni siquiera se trata de diferenciarse, hay un conflicto que muchas veces no es tanto político sino quizás más personal, movido por un afán de ganar protagonismo a costa del resto. Y eso se traduce en declaraciones como las del PTR que son bastante prolíficos, tienen bastante tiempo para escribir en contra del resto de las organizaciones que tal o cual, son esto o lo otro … es una impronta muy propia de ellos. A nosotros esa izquierda en particular no nos preocupa mucho, creemos que esa práctica es bastante infértil a nivel social. O sea, sus niveles de presencia orgánica en el movimiento social son bastante limitados y en verdad a nosotros tampoco nos interesa mucho estar en polémicas a través de declaraciones en páginas de Internet o lo que sea. En ese sentido, en el documento del 31 de marzo, “Aportes al balance de proyecciones”, se realiza una crítica a la izquierda más de intención revolucionaria donde hay una diferenciación entre distintos sectores, la Jota por un lado, la Surda por el otro, como la izquierda más dura en su propio carril, basado más en elementos políticos que en cualquier otra cosa. A nosotros nos interesa en general mantener una discusión y una relación con las otras organizaciones a partir de esos elementos.
Respecto a la izquierda más, no sé cómo decirlo, “ultra” si se quiere, pero no me agrada mucho esa palabra, más de intención revolucionaria si se quiere, nuestras diferencias principales fueron a partir de cómo se manejó la movilización el año pasado.
Nosotros en algún momento planteamos la necesidad de negociar desde una posición de fuerza. Fue una idea que comenzamos a posicionar en la medida en que vimos que los puntos máximos de nuestras reivindicaciones no iban a ser alcanzados, por un tema de que el movimiento social, el movimiento popular hoy día, está recién recuperándose de las derrotas, está recién reconstruyendo sus organizaciones, entonces lo que necesitábamos nosotros era identificar puntos que nos permitieran tensionar el modelo, lograr ganancias concretas que nos permitieran partir de un piso mayor en una próxima movilización y no sufrir una derrota. Y lo que entendíamos era la necesidad que un movimiento social tan fuerte como este terminara fortalecido, no con sus organizaciones desgastadas y con sus estudiantes yéndose para la casa. Había que evitar un reflujo y mostrar finalmente que la lucha y la organización eran el factor principal de los avances del pueblo. En ese sentido nosotros entendíamos que era posible, sobre todo entre el 4 y el 25 de agosto, realizar una negociación, haciendo fuerza, con un amplio respaldo de la población en el país, con algunos sindicatos, sobre todo la Unión Portuaria, realizando paralizaciones de faenas en apoyo a las reivindicaciones estudiantiles, negociar para ganar algunas cosas.
Nosotros lo propusimos y nos llamaron de todo, algunos decían que había que irse al Parlamento, la Surda proponía, muy populistamente, llamar a un plebiscito, nosotros planteamos que había que negociar con fuerza y había otros que creían que había que seguir, seguir y seguir por la educación gratuita hasta el final.
SFNG: Cuando tú hablas de negociar con fuerza te refieres a paralizaciones en apoyo al movimiento.
FR: Claro. Generar un escenario en el que el Gobierno se viera obligado a ceder algunas cosas frente a una movilización social en marcha, que tenía fuerza, que contaba con respaldo, que es algo que nosotros creímos que era posible. Pero después del 24 o 25 de agosto, se vio que no sería así en la medida en que la CUT mostró no tener capacidad para paralizar sectores estratégicos de la economía. O sea, el paro del 24 - 25 fueron días de movilización, pero no de paro. Y ahí se demuestra una debilidad crónica del movimiento social chileno, comenzamos a perder fuerza y apoyo, muere Manuel Gutiérrez, se dan una serie de dinámicas complejas dentro de los movimientos y eso termina en una caricatura de negociación con la mesa que es a la que llama el Gobierno para quebrar al movimiento. Los estudiantes secundarios quiebran finalmente, el movimiento pierde perspectiva, ya no se cuenta con el respaldo que se tenía, la fuerza comienza a diluirse, se entra en una espiral de miedo respecto a la pérdida de beneficios, a que si era necesario perder el año, no perder el año. La discusión se traslada finalmente al interior de los planteles y se pierde el foco en la movilización nacional y ahí estamos perdiendo nosotros. Finalmente las universidades bajan las paralizaciones y ahí ya perdimos. O, más bien, nos replegamos, nos retiramos un poco, se bajaron los paros y ahí volvimos a clases a terminar el año. Nosotros creemos que esta situación desordenada del término de la movilización se pudo haber evitado si es que nosotros hubiésemos logrado amarrar algunas cosas, pero por sobre todo ese amarre de cosas tenía que ser a través de una negociación con movilización que era el elemento de diferenciación que nosotros hacíamos, por ejemplo, con la movilización del 2005.
En el 2005 el movimiento estudiantil firmó su derrota cuando acepta el crédito con aval del Estado. Nosotros entendíamos que este 2011 nosotros teníamos que firmar un avance. Nosotros también tuvimos ahí quizás un temor a tratar de llevar adelante nuestra propuesta hasta las últimas consecuencias, por los efectos que pudiera tener hacia nosotros mismos, ante una cerrazón tan grande de todos los sectores ante la idea de avanzar hacia una propuesta como esta. La gente estaba muy radicalizada, no se contaba quizás con mayores experiencias en grandes capas del estudiantado que se movilizaban en su momento, de experiencias previas que le permitieran entender en su momento el sentido que tenía esa posible negociación y cuál era el elemento que las diferenciaba de negociaciones previas.
Y bueno, estamos un poco en crisis con esta izquierda, entramos a tener diferencias con esta izquierda igualmente revolucionaria pero que mantenía posiciones distintas a la nuestra. Ellos entendían en algún momento que era importante continuar, sobre todo la gente de Las Armas de la Crítica (LAC).
SFNG: Pero a parte de la gente del LAC, ¿de quiénes estamos hablando?
FR: De la UNE por ejemplo. La Unión Nacional de Estudiantes. Una agrupación estudiantil nacional con la que nosotros tenemos bastante contacto, pero tuvimos diferencias en ese momento. Ahí confluyen bastantes organizaciones y bastantes dirigentes. Ellos están en Facebook, han dado muchas entrevistas, han aparecido mucho en los medios de comunicación como la Ultra que se estaría organizando. Con ellos hubo diferencias tácticas en ese momento respecto a cómo reaccionar frente a los escenarios o finalmente cuáles eran los énfasis que nosotros queríamos proponer. Con los compañeros que son de la izquierda autonomista la principal diferencia que nosotros teníamos era la relación con la institucionalidad. Ellos en algún momento realizan una apuesta muy fuerte por el tema del plebiscito y nosotros creemos que eso fue un error. Se demostró que era un error. Primero, fueron incapaces de desarrollar esa apuesta, de dotarla de contenido más allá de “es necesario que el pueblo participe en la toma de decisiones políticas a través del voto”. Nosotros creemos que la opción no era tanto una modificación constitucional para incorporar este mecanismo, sino que la respuesta del movimiento popular era el fortalecimiento de sus organizaciones a través de la movilización, aumentar los procesos de politización, de difusión y debate en las organizaciones de base y ahí tuvimos una diferencia bastante grande. Las discusiones a nivel de la Chile fueron fuertes, en un momento ellos lograron aprobar el plebiscito en el pleno de federación en un proceso que nosotros cuestionamos en ese momento por la forma como se desarrolló la discusión, pero el plebiscito finalmente quedó en nada. De hecho, quien logró realizar una especie de plebiscito o consulta nacional no fue el movimiento estudiantil a partir de las posiciones de los autónomos, sino en gran medida el Colegio de Profesores con apoyo en general del Partido Comunista, que sí contaron con la capacidad de desarrollar ese evento. Participó bastante gente de todas maneras.
SFNG: Sí, pero los resultados quedaron en nada. Es decir, se olvidaron bastante rápido.
FR: Yo creo que fue un hito más mediático que cualquier otra cosa. Creo que las expectativas de los autónomos al respecto eran más estratégicas, ellos entendían la necesidad de avanzar en un proceso de democratización de las estructuras del país, como una especie de avance, nosotros no. Y seguimos en esa línea. Y bueno, con la Jota nuestras diferencias son bastante claras.
SFNG: En ese sentido, ustedes en el documento hacen una distinción entre, por un lado, los llamados “ultra” y los que son llamados “reformistas”. Ahí se refieren a la Jota, al PC, al pacto político del PC, al NAU y a los autónomos. ¿Tú podrías hacer una distinción de cuál es la posición del FEL en este espectro amplio? ¿Cuáles son las estrategias que ustedes quieren utilizar y en qué divergen de estas otras reformistas? Pues, por lo que entendemos, la posición de los reformistas se definiría por la opción a incorporarse a participar en un sistema político que ustedes consideran que ya está viciado desde las bases.
FR: Nosotros entendemos que del PC para acá todos somos de izquierda. Nosotros calificamos de reformistas a ciertas organizaciones, pero no por eso nosotros cerramos las puertas a la conversación. Tenemos buenas relaciones a nivel de capacidad de abrir espacios de conversación, más allá de que las diferencias sean legítimas y que se expresen a medida que se van desarrollando los acontecimientos.
Nosotros nos ubicamos en ese espectro dentro de lo que denominamos, o preferimos denominar, izquierda de intención revolucionaria más que ultra. Ultra es un término más despectivo, principalmente usado por los medios para descalificar. Nosotros entendemos que esas organizaciones tienen una posición más institucional, que no es que no creamos legítima, pero creemos equivocada. El Partido Comunista tiene una apuesta muy clara. Ellos identifican este momento como un período para avanzar en la democratización del Estado, en avanzar en algunas conquistas particulares a nivel nacional. En ese sentido, yo creo que se enmarca un poco en su carácter sindical, sobre todo a nivel de los subcontratistas, entiendo que en la salud también, y ahí desarrollan su trabajo, con la Jota en el movimiento estudiantil, y eso es bastante claro para todos.
Nosotros ahí incorporamos al NAU, incorporamos a los Autónomos en la medida en que entendemos que sus posiciones y sus discursos, sobre todo durante el año 2011, empalman bastante bien con la posición del PC, con la diferencia de que los Autónomos quizás tienen un discurso más de debate, de asamblea, pero sus propuestas políticas son reformistas en la medida en que apuestan, al igual que el PC, a transformaciones democráticas institucionales, o en el marco de las instituciones ya existentes. No entienden las transformaciones democráticas enfocadas en una mayor participación de las organizaciones sociales. Por ejemplo, el mismo tema del plebiscito, entendemos que se enmarca en esa apuesta que también es una apuesta histórica de la Surda a nivel electoral. Ya lo vimos en sus relaciones con Lavanderos como posible candidato presidencial, lo vimos en sus coqueteos con Arrate antes de la definición de esa candidatura presidencial con el Juntos Podemos. Es entonces una posición histórica del sector. En el caso del NAU, su discurso está claramente enmarcado en esa vía. Revolución Democrática también apuesta a abrir espacios democráticos dentro del Estado, a casi oxigenar al “progresismo” en el país.
Lo que es destacable es que, del PC para acá, todas las organizaciones plantean la necesidad de que las asambleas sean participativas, plantean la necesidad de espacios de difusión y debate político. Yo creo que porque el movimiento estudiantil en sí, a lo largo de su evolución histórica, quizás de los últimos 15 años, ha adoptado a ese modelo de organización como el legítimo, finalmente, y ya no hay vuelta que darle. Pero son las propuestas políticas las que hacen la diferencia entre una propuesta más revolucionaria y una apuesta reformista, a nivel de proyecto político.
SFNG: Pero fuera del ámbito de la Educación Superior, ¿cuál es la articulación del FEL con la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES) y la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES)?
FR: Nosotros tenemos compañeros secundarios, no a nivel nacional pero sí en varias partes. En Talcahuano, en Coronel, en Valparaíso, pero en Iquique tenemos secundarios y en Arica. Ahí tenemos toda una articulación política a través del FEL como participación activa en las distintas instancias de coordinación secundaria. Nuestros compañeros participaron en determinados momentos de la CONES y ahora algunos participan en la ACES. Hay canales de comunicación a nivel dirigencial, por ejemplo, con los voceros de la Región Metropolitana, hemos conversado varias veces con ellos. Hemos conversado con el vocero nacional de la ACES. Hay canales de comunicación abiertos. Independiente de que tengamos nuestras diferencias en determinado momento, nosotros entendemos que es necesario que el movimiento universitario se articule con el movimiento secundario y esa articulación tiene que ser política. En ese sentido es necesario profundizar las discusiones políticas que se dan. Durante el año pasado nosotros no tuvimos discusión política en común, en conjunto. Había casi una comunicación a través de los medios, donde los secundarios aparecían como más radicales y los universitarios como más moderados y ahí había una tensión. Falta dar ese paso. Bueno, los estudiantes secundarios tienen su propia dinámica orgánica, me parece que ahora están avanzando a la unificación de estructuras, que es una buena noticia. Quizás eso permita que estos canales de comunicación conjunta se vayan fortaleciendo y se hagan más formales. Eso nos permitiría avanzar más en la coordinación para que no vuelva a pasar esa descoordinación absurda de que una marcha de secundarios va a una hora y otra de universitarios en otra.
SFNG: Volviendo al tema universitario. En las pasadas elecciones de la FECH ustedes se presentaron en la lista Luchar, donde estaban el FEL, el Colectivo Praxis y el Partido Igualdad, entre otros. El Partido Igualdad, según dicen los medios, va a las elecciones municipales de fin de año. A propósito de eso, quisiéramos saber cuál es la posición de ustedes como FEL en relación al voto y al sistema eleccionario chileno. ¿Existe la posibilidad de que el FEL y sus dirigentes participen, por ejemplo, de algún proceso eleccionario de ese tipo?
FR: No existe esa posibilidad. No hay ninguna posibilidad de que nosotros, como organización, aparezcamos apoyando a alguna lista en particular o a algún candidato.
SFNG: ¿Tampoco que ustedes presenten su propio candidato?
FR: Mucho menos. No es nuestra apuesta. Nosotros entendemos que el movimiento popular tiene que tener sus propias dinámicas, creemos que de hecho una unidad muy férrea entre movimiento social y las organizaciones o partidos políticos ha sido nefasta. Creemos que las organizaciones sociales tienen que tener sus espacios de independencia, autónomos si se quiere, para dar sus propios debates en donde los partidos y organizaciones políticas aportan a través de sus militantes, de sus propuestas, pero esas son discusiones que el conjunto del movimiento social tiene que dar. Nosotros creemos hoy día que dar una disputa a nivel municipal no va, no es que sea un tema que la organización ha discutido y ha definido esto. Es más bien la posición personal que yo entiendo.
Creemos que hoy día el movimiento popular tiene una tarea urgente, que es fortalecerse, ir ganando, ir avanzando. En ese sentido, por ejemplo, nosotros estuvimos apoyando la huelga del sindicato nacional de Jumbo hace poco, hemos estado junto a los portuarios y sus movilizaciones, incluso apoyamos el voto por el NO en el plebiscito de Peñalolén, que era la posición que tenía el Movimiento de Pobladores en Lucha en ese momento, estaba, de hecho, Lautaro Guanca del partido Igualdad, apoyamos a los pobladores en el intento de toma de La Reina, y así. Nosotros creemos que el tema municipal es otra cosa, la relación con el Estado es distinta y nuestra posición es clara: no vamos a apostar por las municipales.
SFNG: Para ir terminando, nos gustaría saber cuáles son los planes de la FECH para este año de movilizaciones, cuáles son los planes del FEL y, bueno, conocer también tu opinión más personal al respecto. Quisiéramos que nos contaras si tienen a la vista la emergencia de otros asuntos, no directamente estudiantiles, que han sido significativos en este periodo, por ejemplo, el tema de la ley antidiscriminación, el tema de la ley Zamudio que ha sacado a la gente a opinar y pensar en otras reivindicaciones. A nosotras particularmente, como colectivo de mujeres, nos interesa, por ejemplo, el tema de la ley de aborto. La pregunta es cómo el FEL y la FECH están proyectando este año de movilizaciones y en qué medida podemos pensar la conexión de las reivindicaciones estudiantiles con otras reivindicaciones del mundo social.
Por ejemplo, la CONES en su petitorio incorpora la educación en temas de género, educación sexual laica, la cuestión étnica, los pueblos originarios, etc. Nos imaginamos que ustedes, atendiendo a la contingencia de lo que ocurrió con Daniel Zamudio o al hecho de que se discutió y lamentablemente se perdió la oportunidad de tener una ley de aborto terapéutico, tienen algo que decir. ¿Cuál es la posición del FEL y de la FECH al respecto?
FR: Mira, como FECH no hay posición al respecto.
SFNG: ¿Ni siquiera intra universidad?
FR: Lo que pasa es que es una discusión que no se ha logrado desarrollar a nivel de asambleas locales, porque estamos recién volviendo de vacaciones, llevamos poco tiempo y las asambleas han estado abocadas al congreso CONFECH y al tema del documento de balances y proyecciones.
A nivel de FEL, pues bueno, en Concepción se trabajó bastante con una agrupación de género libertario, nosotros en la plataforma de Luchar incorporamos el tema de género como un elemento a desarrollar a lo largo del año. El tema de la interculturalidad está incorporado al petitorio CONFECH. De hecho en esa línea también está la incorporación de la FEMAE a la CONFECH con voto. Hay un afán por ir incorporando esas perspectivas a los petitorios, a las reivindicaciones y demandas del movimiento estudiantil, entendiendo que la educación no es solamente un tema técnico, no es un tema de aprender cosas que te permitan superar pruebas o cosas por el estilo, o aprender de memoria, sino que es un tema de formación, de valores, de integración. En ese sentido se incorporan todos esos elementos.
Sobre casos particulares, sobre el tema de Daniel, no se tomó una posición como federación. Yo creo que por eso, porque estamos un poco llenos con el tema del Congreso que es tremendo, son muchas cosas las que estamos tratando de ver, como la Reforma Tributaria, el tema de las AFP.
SFNG: No hubo un comunicado tampoco.
FR: Me parece que no. Puede ser una omisión imperdonable, evidentemente. Pero creo que fue eso, y el cansancio también, el estar muy fijos en algunas cosas.
Sobre el caso de Daniel me gustaría decir un par de cosas. Más allá de su caso en particular, me parece que su muerte, las condiciones en que ocurre, era algo previsible. En el año 2006 murió Tomás Vilches en el Persa Bío Bío,y a mí me tocó vivirlo de manera más o menos cercana. Yo tenía amigos que eran muy cercanos a él. En ese momento su asesinato fue un hecho muy fuerte. Generó una serie de reacciones que terminaron con un neo nazi asesinado, hay compañeros que continúan presos en Santiago I a raíz de ese caso, pero el tema fue muy tratado como un asunto de tribus urbanas, como una pelea entre punks skin heads con neo nazis y me parece que ahí hubo un ignorar o no querer ver lo que había detrás de esa muerte, porque no es un caso único tampoco. Antes había muerto Patricio Leyton en Curicó, había muerto Ángelo Polo Ramírez en Quillota, y ahí ya tenemos tres casos en 4 o 5 años de jóvenes muertos a manos de neo nazis, lo que ya permitía vislumbrar una cierta pasividad frente al desarrollo, más allá de una tendencia política en particular, de la intolerancia, la violencia y los límites a los que se está dispuesto a llegar.
Lo que sucedió con Daniel es algo que no nos puede dejar indiferentes, evidentemente, más allá de que nosotros no hayamos realizado como Federación una declaración pública al respecto, es un tema fuerte, y es un tema que no se puede dejar de lado. Es necesario redoblar los esfuerzos en la incorporación sistemática de este tipo de problemas en las discusiones sobre el proyecto educativo que se pretende levantar ahora. Me parece que en las distintas instancias del Congreso Social por la Educación o por Proyecto Educativo se incorpora también, en la medida en que participan organizaciones para las que ese tema es importante, también lo ponen en la palestra. Hay que tomarlo en su justa medida, la muerte de Daniel no es solamente una muestra de intolerancia hacia una persona homosexual, es un ejemplo de violencia política, de la intolerancia de ciertas posiciones políticas que están dispuestas a matar hoy día a Daniel, ayer a Tomás, mañana puede ser un inmigrante. Y corresponde a las organizaciones sociales dar el primer paso. ¿Por qué dar el primer paso? Porque en las misma discusiones en torno al aborto, en el parlamento tal como está, como están las organizaciones políticas, los partidos en el Congreso, no es posible avanzar en esa línea, si es que el pueblo no está dispuesto a tomar esas reivindicaciones y a desarrollarlas e incorporarlas a sus demandas de manera activa, y aquí estamos hablando de un proceso de discusión en las organizaciones sociales y de un proceso de movilización. Y ahí el movimiento estudiantil tiene harto que decir, en la medida en que es uno de los sectores sociales con mayor capacidad de lucha y movilización.
El tema de la ley antidiscriminación es… mira, yo nunca he sido un convencido de que una ley pueda resolver este tipo de problemas, me parece que es un tema que va mucho más allá, es, de hecho, un tema de educación. Mientras no seamos capaces de incorporar el tema de la discriminación, la tolerancia, la integración en un proyecto educativo, este tipo de cosas van a continuar pasando, no solamente por un tema político de que haya sectores conservadores de la Iglesia Católica ligados, que no quieren una ley antidiscriminación, sino porque lamentablemente hoy en día hay gente que cae en ese tipo de cosas por ignorancia, por temor, por no conocer, por no saber. Para llegar a los niveles de violencia que sufrió Daniel tienen que haber pasado muchas más cosas que ser un puro conservador, como un Opus Dei. Ahí hay un proceso de educación que es necesario abordar ahora, de manera urgente, y ahí el movimiento estudiantil tiene que hacerse responsable. Nosotros tenemos que dar una lucha por incorporar este problema en las demandas y a los procesos de discusión que tenemos que dar y avanzar por ahí. Hay que revisar el tema de la ley, pero más importante aún es que hay que dar una pelea a nivel educativo. No es posible que hoy haya colegios que no incorporen la educación sexual más allá de la orientación conservadora que tienen sus sostenedores, no es posible que la educación no incorpore el tema de que existen una infinidad de evidencias a nivel sexual o a nivel de cariño, de expresión de amor, que no solamente son entre personas de distinto sexo. Y eso es algo que hay que enseñar, desde chicos, porque si no se enseña eso se incuba la ignorancia, se incuba el temor, la violencia hacia el distinto, y no solo referente a temas sexuales, también frente a la inmigración, de cómo nosotros nos relacionamos con quien es diferente, con los mismos inmigrantes peruanos… A mí me tocó hacer un trabajo hace varios años sobre inmigrantes haitianos, negros que habían llegado a Chile después de la intervención y ellos contaban que no lo pasaban bien en Chile. Eran discriminados, agredidos verbalmente… murió un colombiano por ejemplo hace un par de días atrás. Esa es otra arista que no ha sido dimensionada, y ahí el movimiento social chileno tiene una labor que realizar muy profunda, muy urgente, con las organizaciones de inmigrantes. Es algo que no ha salido tanto a la palestra, cuando tenemos poblaciones de inmigrantes muy numerosas, no solamente peruanos, también ecuatorianos, colombianos, latinoamericanos en general, que viven en Chile y también sufren discriminación. Lo que pasó con Daniel vino a demostrar lo insoportable que es esta situación y lo urgente que es resolver, no solamente a través de una ley sino de mirarnos como sociedad y darnos cuenta de que somos capaces de hacer este tipo de cosas. Y si no nos vemos bien, no asumimos esa realidad, no la vamos a poder resolver por más leyes que hagamos.
SFNG: Y para terminar, ¿cuáles son las proyecciones de la FECH para este año de movilizaciones?
FR: Nosotros creemos que este año tenemos la posibilidad de lograr avances en la medida en que el movimiento social demuestre fuerza, demuestre movilización, unidad, y unidad efectiva, no solo a niveles de cúpula. No me interesa aparecer en una conferencia de prensa con Arturo Martínez. Sí nos interesa que los sindicatos que son de base, que están combatiendo, luchando y organizándose, estén trabajando codo a codo con nosotros. En ese sentido para nosotros tiene más valor la unidad con sindicatos, como el del Jumbo, la Unión Portuaria de Chile; que la alianza con una burocracia que yo, a nivel personal, a nivel de estructura, he criticado mucho. La dirigencia sindical de la CUT hoy día no representa a los trabajadores. Y si vuelve a salir Martínez como presidente de la CUT, no es porque represente la visión que tienen los trabajadores sindicalizados que participan de la CUT, sino una demostración del aspecto burocrático y poco democrático de las elecciones de la CUT, que no son directas. Los trabajadores no votan directamente por Arturo Martínez.
Esas son un poco las proyecciones del año, nosotros creemos que va a haber movilizaciones fuertes. Hay temas transversales que se están trabajando, el tema de las AFP, el de la Reforma Tributaria, por ahí podemos avanzar.
SFNG: ¿Y los movimientos regionales, Aysén y el inminente movimiento en Calama?
FR: Sí, ellos demuestran que a nivel regional hay malestar y yo creo que la CONFECH en sus distintas zonales, en sus distintas regiones, va a estar trabajando codo a codo con las distintas reivindicaciones que existan. Nosotros entendemos que las distintas demandas en contra de la centralización empalman de manera perfecta con las demandas estudiantiles, en la medida en que el modelo educativo de hoy día es altamente centralizado, que responde a un Estado centralizado que tiene una lógica subsidiaria y no responde a las necesidades de las mayorías. Es necesario incorporar a las comunidades a la discusión del proyecto educativo, que es lo que nosotros tratamos de hacer a través del Congreso Social. El abandono que sufren las universidades de regiones nos habla de un Estado que no le interesa la educación, no una educación que apunte al desarrollo de las personas sino una educación que está en función del mercado, en función de las necesidades de las empresas.
SFNG: Ahora bien, ese desafío de articularse con el mundo de los y las trabajadoras pasa también por el hecho de que no los quiebren, que no se quiebre esa unidad, porque en el fondo cuando los trabajadores están negociando con ustedes pero se les ofrece oportunidades salariales, beneficios, etc., puedes quebrar el movimiento muy fácilmente. Que es el riesgo de asociarse, por ejemplo, con los trabajadores del cobre, que son los más potentes para paralizar el país pero también a los que más se les puede muñequear con beneficios.
FR: Claro, es cierto. Pero yo creo que son riesgos que hay que correr en la medida en que lo que hay que hacer no es solamente una unidad a partir de la dirigencia o a partir de plataformas reivindicativas, sino una unidad política, en la discusión política con las organizaciones de trabajadores, y por eso nosotros apuntamos a sindicatos que son más de base y no solamente a grandes confederaciones, porque ahí es más fácil que las bases den discusiones y asuman nuestras reivindicaciones como propias y nosotros podamos asumir finalmente sus reivindicaciones como propias también.