La Música Popular Chilena
Hoy, 4 de octubre, celebramos el natalicio de Violeta del Carmen Parra Sandoval, nuestra Violeta, quien habría cumplido 93 años. También hoy se cumple un año de la muerte de la cantante y abanderada del folclor latinoamericano Mercedes Sosa. Y qué mejor forma de conmemorar a estas dos insignes mujeres que reflexionando sobre aquel arte que les movía el corazón, la voz y las manos: la musica folclórica y popular. En esta ocasión nos pareció valioso rescatar y difundir la opinión de un músico chileno que ha destacado no sólo por la calidad de su trabajo y su trayectoria, sino a demás por su consecuencia y su profunda convicción de la necesidad de rescatar una tradición musical que anda medio perdida, medio empolvada en el fondo del baúl de nuestra memoria histórica. Dejamos, entonces, con ustedes, en exclusiva para nuestro blog, la columna del bajista y compositor Ernesto Holman.
La música popular chilena, primera entrega
Luego de que se publicara la ley del 20% que obliga a las radios a tocar música chilena, entre los artistas se crea la expectativa de que por fin va a despegar un elemento aparentemente muy olvidado por nuestra sociedad: nuestra música, la música chilena y/o la música hecha en Chile. En la actualidad la radio juega un papel fundamental en la difusión de este arte, dicho en otras palabras: artista que no está en la radio NO EXISTE…… Y aunque actualmente Internet juega un rol importante con plataformas como MySpace o Facebook, que ayudan al artista a darse a conocer, aún así la radio sigue siendo el principal motor de difusión, puesto que es un mecanismo que está instalado históricamente dentro del sistema y que trabaja casi hasta en los niveles de inconsciencia de nuestra sociedad, la radio hace que siempre haya música en “el aire”.
Pero es en este punto en donde se debe hacer la siguiente reflexión: ¿son los programadores de radio los culpables de la ausencia de la música chilena en sus emisoras? ¿o no será también que al público medio de nuestro país no le interesa la música hecha en Chile, que cuando encuestan al chileno o chilena siempre va a decir que apoya a los artistas coterráneos, pero en la práctica no compra sus cds ni asiste a sus presentaciones?
Según mi teoría el problema radica en la falta de autenticidad e identidad en los músicos chilenos al momento de crear, ya que sus referentes estéticos provienen de otras latitudes, ignorando siempre –y en ocasiones con cierto desprecio- los elementos esenciales que nos aporta la tierra en que vivimos, como lo son los ritmos y las características típicas de nuestra cultura chilena. Los ritmos del choike purrún y la cueca son por esencia los ritmos basales de nuestra sociedad, los aporta la tierra al igual que todos los frutos que nacen de ella y que nos hacen diferenciarnos de otras tierras con otras geografías y otros ritmos, asumiendo que cada zona telúrica tiene características propias (baste observar a Brasil, Colombia o Bolivia, tres entre muchos ejemplos posibles).
Aunque el tema de la globalización y la tecnología nos involucra a todos por igual, y aunque pisemos sobre asfalto y cemento, la tierra que subyace a nuestros pies nos aporta sus frutos y nos reclama reconocimiento. Los ritmos antes mencionados –cueca y choike purrún- laten en las papas y los tomates cosechados en estas latitudes. Los llevamos en la sangre y el no vivificarlos y activarlos hace que estén estancados en el ser, y como consecuencia su no manifestación nos conduce inevitablemente a una cadena de enfermedades típicamente actuales, comenzando por las sicológicas con sus respectivas somatizaciones (no olvidemos el alto índice de depresión en nuestro país). ¡Tremenda deuda que tenemos los artistas músicos con nuestro pueblo! Esa es la auténtica misión que tenemos: despertar y vivificar esa energía telúrica almacenada en el ser del chileno para que éste se desarrolle espiritualmente y en plenitud, hacer lo contrario o no hacerlo lleva al músico al plano hedonista y egocéntrico del arte sin sentido.
¿Y por qué el músico chileno se olvidó de los ritmos de su tierra?
Un poco de historia y análisis….
Para entender el origen del problema tendremos que poner al cine norteamericano como el gran transmisor referente de una cultura imperialista, que impuso gustos y criterios a partir de un modelo de vida impositivo desde 1910 aproximadamente, y que tuvo su auge en las décadas de los ‘50 y ‘60. Esta cultura imperialista fue –y sigue siendo– la gran “reseteadora y formateadora” que nos obliga a despreciar lo nuestro a cambio de acoger un nuevo modelo de vida tecnologizado, que portaba en su paquete cultural un nuevo tipo de música. Para quien quiera profundizar en el tema hay un artículo muy interesante en Internet titulado “Una mercancía irresistible. El cine norteamericano y su impacto en Chile, 1910-1930”. Presento a continuación un resumen de este trabajo:
“El cine hollywoodense se transformó en una mercancía irresistible, que llegó a ser valorada por la sociedad chilena sin mayores distinciones sociales. Esto generó un enorme impacto social y cultural que situó a los Estados Unidos como un nuevo referente de modernidad “estilo norteamericano”. Éste se concibió como alcanzable a través del consumo del cine, estilos y manufacturas norteamericanas, lo que reforzó el imperialismo del mercado que Estados Unidos forjaba en el mundo en aquellas décadas”.
En el plano de la música popular esta invasión generó un vacío en nuestra asumida modernidad debido a que los referentes o ídolos por los cuales se desmayaban y gritaban las jovencitas de los ‘50 (según se podía apreciar en las pantallas del cine) no se aparecían por nuestros lares: Elvis Presley jamás visitaría el gimnasio municipal de Curicó. Esta situación motivó la aparición de los “sucedáneos”, los “en vez de..” conocidos como Peter Rock, Danny Chilean, Pat Henry y un largo etcétera
Pero es en este punto en donde se debe hacer la siguiente reflexión: ¿son los programadores de radio los culpables de la ausencia de la música chilena en sus emisoras? ¿o no será también que al público medio de nuestro país no le interesa la música hecha en Chile, que cuando encuestan al chileno o chilena siempre va a decir que apoya a los artistas coterráneos, pero en la práctica no compra sus cds ni asiste a sus presentaciones?
Según mi teoría el problema radica en la falta de autenticidad e identidad en los músicos chilenos al momento de crear, ya que sus referentes estéticos provienen de otras latitudes, ignorando siempre –y en ocasiones con cierto desprecio- los elementos esenciales que nos aporta la tierra en que vivimos, como lo son los ritmos y las características típicas de nuestra cultura chilena. Los ritmos del choike purrún y la cueca son por esencia los ritmos basales de nuestra sociedad, los aporta la tierra al igual que todos los frutos que nacen de ella y que nos hacen diferenciarnos de otras tierras con otras geografías y otros ritmos, asumiendo que cada zona telúrica tiene características propias (baste observar a Brasil, Colombia o Bolivia, tres entre muchos ejemplos posibles).
Aunque el tema de la globalización y la tecnología nos involucra a todos por igual, y aunque pisemos sobre asfalto y cemento, la tierra que subyace a nuestros pies nos aporta sus frutos y nos reclama reconocimiento. Los ritmos antes mencionados –cueca y choike purrún- laten en las papas y los tomates cosechados en estas latitudes. Los llevamos en la sangre y el no vivificarlos y activarlos hace que estén estancados en el ser, y como consecuencia su no manifestación nos conduce inevitablemente a una cadena de enfermedades típicamente actuales, comenzando por las sicológicas con sus respectivas somatizaciones (no olvidemos el alto índice de depresión en nuestro país). ¡Tremenda deuda que tenemos los artistas músicos con nuestro pueblo! Esa es la auténtica misión que tenemos: despertar y vivificar esa energía telúrica almacenada en el ser del chileno para que éste se desarrolle espiritualmente y en plenitud, hacer lo contrario o no hacerlo lleva al músico al plano hedonista y egocéntrico del arte sin sentido.
¿Y por qué el músico chileno se olvidó de los ritmos de su tierra?
Un poco de historia y análisis….
Para entender el origen del problema tendremos que poner al cine norteamericano como el gran transmisor referente de una cultura imperialista, que impuso gustos y criterios a partir de un modelo de vida impositivo desde 1910 aproximadamente, y que tuvo su auge en las décadas de los ‘50 y ‘60. Esta cultura imperialista fue –y sigue siendo– la gran “reseteadora y formateadora” que nos obliga a despreciar lo nuestro a cambio de acoger un nuevo modelo de vida tecnologizado, que portaba en su paquete cultural un nuevo tipo de música. Para quien quiera profundizar en el tema hay un artículo muy interesante en Internet titulado “Una mercancía irresistible. El cine norteamericano y su impacto en Chile, 1910-1930”. Presento a continuación un resumen de este trabajo:
“El cine hollywoodense se transformó en una mercancía irresistible, que llegó a ser valorada por la sociedad chilena sin mayores distinciones sociales. Esto generó un enorme impacto social y cultural que situó a los Estados Unidos como un nuevo referente de modernidad “estilo norteamericano”. Éste se concibió como alcanzable a través del consumo del cine, estilos y manufacturas norteamericanas, lo que reforzó el imperialismo del mercado que Estados Unidos forjaba en el mundo en aquellas décadas”.
En el plano de la música popular esta invasión generó un vacío en nuestra asumida modernidad debido a que los referentes o ídolos por los cuales se desmayaban y gritaban las jovencitas de los ‘50 (según se podía apreciar en las pantallas del cine) no se aparecían por nuestros lares: Elvis Presley jamás visitaría el gimnasio municipal de Curicó. Esta situación motivó la aparición de los “sucedáneos”, los “en vez de..” conocidos como Peter Rock, Danny Chilean, Pat Henry y un largo etcétera
Un curioso sucedáneo chilensis "Giovanni y sus dolcevitos" |
Un productor exitoso tuvo la genial idea de traer los vinilos de cantantes famosos norteamericanos y adaptar al castellano las letras. Las adaptaciones fueron grabadas por cantantes y grupos chilenos que alcanzaron su apogeo en lo que se llamó La Nueva Ola. Sin dejar de reconocer que en ese estilo aparecieron compositores locales con gran éxito –no todo era “cover”–. A partir de aquella Nueva Ola se instaló en Chile un estilo musical comercial ajustado al modelo norteamericano, que será nuestro referente hasta estos días. Durante la primera mitad de la década del sesenta este estilo compitió con el neo-folklore que tuvo como grandes exponentes a agrupaciones como los Cuatro Cuartos o Los de Ramón, entre otros. Hacia la segunda mitad de los años 60’s el neo-folclor fue desplazado, por así decirlo, por la corriente de folklore latinoamericano conocida como Nueva Canción, que se articulaba a un movimiento político y social que en Chile fue impulsado por la Unidad Popular en los setenta para luego recibir otra “invasión” norteamericana durante la dictadura militar. La Nueva Canción Chilena, en la que predomina el folclor latinoamericano, y su prolongación a través de lo que se llamó el Canto Nuevo durante la dictadura, constituyeron una suerte de resistencia frente a esta invasión de la cultura yanqui.
También durante la década del los sesenta la cueca, baile nacional obligado en toda fiesta, cedió paso al nuevo ritmo alegre de moda: la Cumbia, que en su versión comercial y chilensis, constituye una suerte de baile espontáneo en el que no se necesita de clases de baile para salir al ruedo como en la cueca. Durante la dictadura la cumbia pasó a ser el ritmo reinante en toda fiesta, incluso en las celebraciones dieciocheras. También hay otro factor importante que favoreció el relajo para que se impusiera este nuevo ritmo: la masificación del pisco y su posterior proceso evolutivo, la piscola. Ambos, cumbia y piscola, pasaron a ser baile y bebida nacional respectivamente, desplazando al vino y la cueca de las fiestas públicas y privadas (actualmente está en proceso la dupla reggetón- ron).
Este hábito de “sucedaneidad” de “ser como” se instaló en el alma del músico chileno, éste heredó la vieja tradición de ponerse como meta llegar a ser tan grande como los “gringos”, despreciando las tradiciones “fomes y aburridas” en comparación con la gran parafernalia gringa. Esto funcionaría maravillosamente si aún fuéramos isla como lo éramos en los sesenta, pero con la aparición y desarrollo de la televisión, el Internet y el neoliberalismo, los referentes nos visitan periódicamente y ya casi viven aquí, con You Tube los tengo en mi pantalla las veces que quiero y gratis… y veo con tristeza que la gente en su mayoría prefiere a los originales y no a las “copias” ¿o acaso creen que algún reggetonero chileno superará o igualará en cantidad de público en un estadio a Daddy Yankee? Este hecho sumerge a la música popular chilena en la mediocridad y en la indiferencia del pueblo. Hagamos el ejercicio de revisar la prensa chilena para ver cuántos reportajes al mes se le hace a los artistas chilenos o en qué programa de tv participan (salvo el fenómeno de copia de moda: Américo). Y lo peor de todo esto es que se pretende “obligar” por ley a las radios a tocar a estas copias y sucedáneos. Si a una persona con cáncer le duele la cabeza producto de la metástasis, una aspirina no soluciona el problema.
Por eso propongo un plan identitario, que dejemos de mirar al referente gringo o del norte y nos regocijemos en nuestros valores, en el gran capital que tenemos a nuestros pies y a través de nuestra historia, que combinemos la tecnología foránea con nuestra espiritualidad local y que esa sea nuestra propuesta para alegrar a nuestro pueblo y al mundo: con CHOIKE Y CUECA!
Ernesto Holman
Músico y bajista
http://www.ernestoholman.scd.cl/bio.htm
Ernesto Holman
Músico y bajista
http://www.ernestoholman.scd.cl/bio.htm
12 comentarios:
Siento inmenso orgullo de pertenecer a ésta, nuestra tierra.
Concuerdo absolutamente con el señor Holman que todos los tomates con cebolla, papas, duraznos, uvas y porotos granados están ya dentro de mi ser y esto obliga cierta forma y cierto proceder, al igual que el clima y la situación geográfica.
No tengo deseo por lo de afuera porque estoy cierta de la riqueza que tengo dentro.
He visto como la cueca alegra los corazones y como se ha ido vivificando en este último tiempo.
He observado como el ritmo mapuche va reincorporándose en muchos que pisamos este Chile.
Pido que el músico me provoque, es él quien tiene la responsabilidad de conmoverme con lo que nos pertenece. Es él, como artista quien tiene que adelantarse a las necesidades del pueblo y entregar la dicha espiritual que se obtiene del servicio de la composición musical.
Aplaudo la búsqueda de Ernesto, incansable, responsable y amable con cada uno de nosotros y con nuestra tierra.
Felicito en él, descubrir el tesoro y lo más importante: compartirlo.
Nada más en sereio que asumir desde la autocrítica la inasistencia mediática de la creación popular chilena, sin embargo la parrilla de actorcillos en TVN y canal 13 hace décadas, junto a esa ausencia de música y arte popular en medios masivos, han sumado con verdadera violencia a la formación de una anticultura sustentada en vivir la vida mirando para el lado, la desmaterialización de la existencia propia, todo ello se ha cargado de los lugares comunes enegenantes contenidos en los bien llamados "culebrones" telenovelescos que azotan desde luego a las almas con una educación más feble y marginadas de la "alta cultura" como la llama Armando Uribe, queda claro sin embargo que estos actores teniendo en general excelente formación pasarán a la historia como una generación que no aportó absolutamente nada desde su ociosa presencia mediática.
Estimado Maestro, conozco su música de hace más o menos 7 años cuando lo ví presentar en una carpa el disco "Ñamco", y fue una gran y reveladora inspiración para el sinuoso camino como músico de sangre chilena que he ido recorriendo. La magia del vuelo del águila ayudo a estos cuervos a remontarse y aprender a volar y creo que aún seguimos planeando con fe en la inmensidad del cielo del sur con los ojos bien puestos en el horizonte...
Saludos y fuerza
Piter Durán
Guitarra de los KUERVOS DEL SUR
Estoy de acuerdo en muchas cosas con respecto al desapego que hay con música que viene de nuestras raices, en dónde hay mucho que escarbar y lo difícil que ha sido para muchos músicos hacer su arte recuperando aquello que ha sido un eslabón perdido por muchas razones.
En cuanto a la ley del 20% en las radios, es algo muy positivo pero se necesita más que eso, cosas que siempre hicieron falta, sobre todo para la difusión, desde una cobertura periodistica seria y dedicada hasta lugares y condiciones para tocar. Todo se maneja muy al margen, poquísima prensa escrita asiste a tocatas, a no ser que sean de bandas que crucen el umbral de anonimato y pa que hablar de la televisión que siempre ha privilegiado la farsa. Jaj me reí con eso de "la copia de moda", de don Américo.
En el cierre nos invita dejar de mirar el referente gringo y regocijarnos en lo que tenemos nosotros y dejamos pasar. Claro, o sea más que dejar de mirar al referente yanqui, dejaría a un costado a la parafernalia gringa (como Ernesto se refiere al comienzo), que venden muchos "artistas" insustanciales y que traen consigo puros clichés llenos de polvo combinado con la estúpida idea del "sueño americano".
Yo tengo muchos referentes potentes que vienen del país de los Fachos unidos de norteamérica, desde Brian Wilson, pasando por Bob Dylan, Kurt Cobain y un largo etc...y también me encantan las replicas chilenas que nacieron en Chile como Los Mac´s, Los Vidrios Quebrados etc...
Digamos, Beatles y Víctor Jara son igualmente de poderosos para mi. Lennon y McCartney para mi, es la dupla compositiva más importante que engendró la música popular del siglo XX. Todo aquello con una riqueza infinita te puede calar muy hondo. venga de donde venga. Como decía nuestro compadre Aznar "En mi auto escuchas desde Violeta Parra hasta los SEx Pistols" jaja que así sea no?
Ernesto Holman es y sera el musico chileno que ha de rescatar con sus propuestas la identidad chilena, y me atrevo a decirlo por que su vision de la musica va mas alla del trabajo que el realiza en este momento, podemos destacar que Ernesto a trabajado con artistas importantes a nivel mundial, y eso le da la autoridad de volverse a si mismo en los ritmos de su propia tierra y hablar con autoridad.
creo que el echo de generar musica chilena va mas alla que hacer cuecas y tonadas, puede ser tambien musica pop basada en ritmos del choike, 6/8 etc.
creo que el chileno comete el error de buscar siempre su ascendencia familiar gringa o europea pero no dice.. soy de esta tierra con mis mapuches y con mis sonidos e identidad.
creo que debemos despertar el orgullo por nuestro pais y de donde venimos, y no alegrarnos tanto por estar generando una copia idealista de nuestro hermano pais del norte.
en este pais hay mas mcdonals que identidad patria.
Estimado Ernesto, muchas gracias por tu comentario y por el aporte desde el análisis histórico que siempre nos ayuda a no repetir los Herrores (valga la H de algo).
REspecto a la falta de identidad nacional y el papel de la música como expresión entre otras formas de expresión artística quisiera añadir: Hemos perdido mucho más que la música nacional, hemos perdido mucho de nuestras artes; nos hemos quedado sin identidad y sin alma en una tierra que es de por sí alma y fuerza de vida. La copia extranjera nos muestra la falta de conexión con nuestra propia esencia, con la interioridad de nuestra existencia, la consecuencia de la negación de nuestras raices históricas derivando en la construcción de una cultura insólita, cuya raíz parece estar rebrotando...
El Papel del arte en la sociedad resulta vital como expresión de una cultura para mantenerla viva, y es papel de la música pervivir y despertar la conciencia emotiva de quienes la escuchan. Necesitamos la música para conectarnos con nuestro mundo interior, con la espiritualidad de la tierra y el cielo, para que nos de fuerza de vida para seguir creciendo. No necesitamos aparentar que somos "tan buenos como ellos" o que nos divertimos igual que los demás. No necesitamos menospreciar la espiritualidad esencial de nuestra tierra y de nuestra música, para perdernos en el delirio masivo. Necesitamos entender la música y conectarnos con ella para entendernos a nosotros mismos y construirnos en conexión en el todo del que somos parte.
Gracias Ernesto por su inspiradora reflexión/acción; no solo esta, sino la que permanentemente expresa con sus palabras y su música. Que prolifere y ayude a despertar a muchos.
Yo creo que la musica chilena no existe.....
solo hay un gran movimiente etnico que poco a poco se esta haciendo presente....llamese Francia....Chile....Usa Etc
lo importante es hacer musica y no encasillarnos tanto....
para mi como opinion personal la musica se termino el año 80
lo de mas de ahora son copias y mezclas de lo mismo.....
de echo los grandes musicos estan volviendo a escuchar los años 40... 50....60 inclusive es decir volviendo a las raices de la musica real y vital
lo demas son sueños y repetir lo mismo envuelto en distinto papel
viene una era cosmica y una musica que no distingira a un
ivan lins ruben blades marcus miller.....holman .....solo musica para el alma y el espiritu
no olviden jamas que somos espiritus entre el mundo material
bueno un abrazo a todos en especial a Ernesto.....que siempre a sido un preocupado de la musica etnica
Claudio Motta
No sé si existe la música chilena, o étnica, como algo puro... siempre me he sentido mestiza, mezclada, no-pura en mi constitución identitaria, en mi cultura, la que vivo cotidianamente. Sin embargo, lo que rescato de la columna de Holman, más que el concepto de "música chilena" es la idea profundamente descolonizada(descolonizadora) de su propuesta. Es mirarse los ombligos y entender que las producciones culturales no son inocentes, que en ellas subyacen idearios socio-geo-políticos, a ratos violentos, ajenos, crueles, que suelen desprestigiar modos de ver y hacer, propios de los sures del globo. Me parece que, en ese sentido, las opiniones del columnista avanzan, se suman, adhieren a nuevas formas de sensibilidad estética y política, respetuosas y enamoradas de sentidos, formas, colores y significados que nos hemos y nos han estado ocultando hace, por lo menos en Chile, dos siglos.
Si los chilenos preferimos escuchar música de "otras latitudes"... por algo será.. simplemente nos gusta más, la encontramos más buena, o como sea. No es malo, es natural, selección natural.
¿¿¿Selección natural?? Eso es tan ingenuo como creer que la mano invisible de Adam Smith de verdad produce el reparto más justo de los bienes. Si prefieres la música extranjera es poque necesariamente es mejor, o porque la conoces más, porque está más expuesta a través de los medios de comunicación masiva??? Qué pasaría si el estado de Chile invirtiera en la difusion de la tradición musical chilena las mismas cifras astronómicas que compañías como Sony o Emi??? Antes de decirme qué música prefieres, es mejor que salgas de la ignorancia y conozcas la tradición musical chilena que es riquísima. A mí me parece que a eso apunta Ernesto Holman, a rescatar una tradición que SÍ EXISTE y que SÍ ES DE ALTA CALIDAD Y COMPLEJIDAD, pero que está sepultada por la invasión neoliberal y sus productos de masa... Aqui el tema no es preferir lo chileno simplemente porque es chileno, si no más bien cuestionarse un poco, aprender con humildad a valorar lo propio cuando es bueno, y tener en general una mirada más crítica a los productos culturales que aparecen en el mercado. En Africa y en Estados Unidos también hay musicos/as de excelente calidad que no son conocidos/as lo suficiente ni allá ni aqui. Este no es un tema de dónde se produce sino de la calidad. (Si fuera por calidad, Mozart vendería más que Lady Gaga, no??). Así como es una verguenza que no exista una edición crítica de la Obra Completa de Gabriela Mistral, también lo es que no exista una Obra completa de Violeta Parra, no sólo porque son parte del acervo cultural más básico de Chile, si no también porque lo son de la humanidad y les aseguro que la Violeta sigue siendo más apreciada en Francia que aquí, donde hemos pecado de no estudiar y no valorar nuestra propia tradición. Es un problema ideólogico (de ideología neoliberal y colonialismo mental), NO ES SELECCIÓN NATURAL, porque aquello de que en el mercado los productos compiten en igualdad de condiciones y que los individuos concurren libremente a comprar y vender, aquella gran mentira ya la desenmascaró Marx hace más de un siglo!!! Y si no está enterado, háganos el favor y lea El Capital
http://www.marxists.org/espanol/m-e/indice.htm
holas...
Chile=fusion(indigena-europea)
musica chilena=musica fusionada
seria bueno que los musicos chilenos se atrevieran a hacer musica chilena con caracteristicas "musicales"(ritmo, melodia, armonia) de nuestra tierra... no solo por que se canta en español o se dice un "weon" o garabato, esto lo convierte en musica chilena... no se trata de que todos toquen cuecas o musica indigena, para eso existe la fusion, como somos los chilenos, mestizos, nuestra musica deberia ser mestiza tambien, independiente de con que estilo se fusione(pop, rock, jazz, etc...)
desde mi punto de vista esto pasa ya que la mayoria de la musica hecha en Chile que se escucha, difunde o se prefiere, esta hecha por AFICIONADOS a la musica, no por profesionales, esto lleva a que este tipo de musica hecha aca sea amateur, hecha por "ignorantes" de la musica, es como que cualquier persona pudiese operar en un quirofano, sin ser un medico profesional, ahi no se acepta a un amateur...
nuestra musica nos puede ayudar a ser mejores, tiene esa "frecuencia" de la tierra en que nacimos, esas frecuencias estan ligadas a las nuestras, nos hacen vibrar de buena manera...no necesitariamos tantos medicos y farmacias para aliviarnos.
espero que la fuerza de la tierra sea mas que la del hombre y su codicia, es nuestra madre y nos provee de todo lo esencial para vivir, hay que escucharla entonces.
saludos y que viva la musica chilena!!
http://www.youtube.com/watch?v=hIdloEwP6NE&context=C4202fd1ADvjVQa1PpcFM5puUJZWHWc6vkbxpzKf1EPQyziVZtFV0=
Presencia Mapuche es un tema que pertenece al cd "Al vuelo del Ñamco" del 2005. Este video es una expo de fotos y trabajos digitales que muestran aspectos de la cultura Mapuche. El arte digital es del año 2009.
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